Según los datos de dos estudios, la medición del pigmento macular ofrece su potencial como un biomarcador de la salud cognitiva, y los pacientes con Alzheimer tienen más probabilidades de ser seriamente deficientes en carotenoides.
Grupo de Investigación de Pigmento Macular (MPRG)
Científicos pertenecientes al Grupo de Investigación de Pigmento Macular (MPRG) del Instituto de Tecnología de Waterford (WIT) de renombre mundial informan que se observó una asociación significativa entre los niveles de pigmento macular en el ojo y diversas medidas de rendimiento cognitivo en 105 personas con poco pigmento macular (PM) y 121 personas con degeneración macular temprana relacionada con la edad (DMAE).
«Es razonable la hipótesis de que el pigmento macular sea un biomarcador válido para la función cognitiva, y su papel en este sentido requiere de una mayor investigación en la población en general», escribieron los autores en el Journal of Alzheimer’s Disease.
«La posibilidad de que la suplementación con carotenoides constituyentes del pigmento macualr pueda retrasar la aparición o mejorar la progresión del deterioro cognitivo no puede ser ignorada».
El Grupo de Investigación de Pigmento Macular también llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado con pacientes con enfermedad de Alzheimer y la suplementación con luteína, zeaxantina y meso-zeaxantina, también publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease. El ensayo fue realizado en colaboración con el Hospital Universitario de Waterford y la Fundación Howard.
Lo que nuestra investigación ha encontrado es que pacientes con enfermedad de Alzheimer no sólo tienen peor cognición sino que también tienen una considerablemente más pobre visión en comparación con sus pares de la misma edad sin enfermedad de Alzheimer», dijo el Prof John Nolan, investigador principal del MPRG.
«Además, hemos encontrado que aquellos con enfermedad de Alzheimer carecen, significativamente, de luteína, zeaxantina y meso-zeaxantina. Estos nutrientes son conocidos como carotenoides dietéticos y en la parte posterior del ojo donde son vitalmente importantes, se conocen como pigmento macular.
«En base a este hallazgo, estamos interesados en establecer si es posible ayudar a restaurar algo de la visión que se ha perdido en las personas con enfermedad de Alzheimer. Nuestros ensayos con suplementos que son ricos en carotenoides encontraron que, de hecho, los pacientes experimentaron una mejora en su visión cuando se impulsó su pigmento macular».
Otros grupos de investigación alrededor del mundo también están siguiendo esta vía de investigación como el grupo de Billy Hammond de la Universidad de Georgia con su artículo publicado en Neurobiology of Aging (2014, Vol. 35, pp. 1695-9) donde evidencia que la densidad óptica del pigmento macular se relacionó con la cognición general en personas con deterioro cognitivo leve (MCI), mientras que sólo se relacionó con las capacidades visual-espacial y de la construcción en adultos mayores sanos.
Hallazgos recientes del tejido de cerebro pediátrico han demostrado que cerca del 60% de los carotenoides totales en el tejido cerebral pediátrico los constituye la luteína, y los datos NHANES demuestran que la luteína aun constituyendo solamente cerca de 12% de los carotenoides en la dieta, tiene una preferencia por el cerebro (Vishwanathan et al., J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2014).
Referencias
Kelly D, Coen RF, Akuffo KO, Beatty S, Dennison J, Moran R, Stack J, Howard AN, Mulcahy R, Nolan JM. Cognitive Function and Its Relationship with Macular Pigment Optical Density and Serum Concentrations of its Constituent Carotenoids. J Alzheimers Dis. 2015;48(1):261-77 – doi: 10.3233/JAD-150199.
Nolan JM, Loskutova E, Howard A, Mulcahy R, Moran R, Stack J, Bolger M, Coen RF, Dennison J, Akuffo KO, Owens N, Power R, Thurnham D, Beatty S. The Impact of Supplemental Macular Carotenoids in Alzheimer’s Disease: A Randomized Clinical Trial. J Alzheimers Dis. 2015;44(4):1157-69 – doi: 10.3233/JAD-142265.