Según han escrito un grupo de investigadores en esta revisión ha habido un «crecimiento inquietante» en la incidencia de fracturas óseas de baja energía en niños y adolescentes sanos, argumentando que la insuficiencia de vitamina K, vitamina D y calcio se encuentran entre las principales factores de este hecho.

En esta revisión publicada en el Journal of the American College of Nutrition, los investigadores argumentan que entender los roles combinados de las vitaminas K y D, calcio, dieta saludable y ejercicio es «particularmente importante en vista de los informes de insuficiencia subclínica de vitamina D y K en poblaciones pediátricas sanas».

Un consorcio de investigación internacional formó parte del equipo, dirigido por el Dr. Vladimir Badmaev de la Universidad Médica de Bialystok, Polonia. También en el equipo de investigación estuvo el Dr. Sidney J. Stohs del Centro Médico de la Universidad de Creighton, que sirve como consultor para formuladores de suplementos dietéticos.

Estudiaron detenidamente el extenso cuerpo de investigaciones que muestran factores ambientales y nutricionales que contribuyen a la salud ósea de los niños, tanto epidemiológicos (un análisis de la distribución y la incidencia de fracturas óseas y otros problemas óseos) como ensayos clínicos en humanos, centrando su atención en la vitamina K en combinación con la vitamina D.

La vitamina K2 como menaquinona-7 es necesaria para modificar un subconjunto de proteínas que transportan calcio para funciones corporales específicas, como la salud ósea, escribieron los investigadores.

«El papel del calcio en la mineralización ósea durante la infancia y en adultos jóvenes se ha beneficiado recientemente de una mejor comprensión del papel biológico de la vitamina K como acompañante de calcio», escribieron.

Sin embargo, debido a los hábitos alimenticios cambiantes, muchos niños y adultos en Occidente no están recibiendo suficiente vitamina K2, que se puede encontrar naturalmente en el hígado, productos lácteos altos en grasa y alimentos fermentados como el natto japonés.

«Estudios epidemiológicos recientes muestran que la mayoría de los niños sanos de edad prepuberal y puberal tienen niveles circulantes altos de osteocalcina no carboxilada inactiva en comparación con los adultos, lo que indica una insuficiencia de vitamina K», escribieron. La osteocalcina es una proteína dependiente de la vitamina K para los huesos. Sin una vitamina K adecuada, la osteocalcina permanece inactiva (osteocalcina no carboxilada, ucOC) y, por lo tanto, no es efectiva.

«A largo plazo, el estado insuficiente de la vitamina K que impide el funcionamiento de proteínas no esenciales dependientes de K puede prevenir el desarrollo óseo óptimo en la infancia y dar como resultado la aparición temprana de la osteoporosis», agregaron.

Con base en estos hallazgos, los investigadores argumentaron que existe un nuevo paradigma nutricional para la administración eficiente y segura de calcio, que es la «co-suplementación con ambas vitaminas D y K solubles en grasa». Para estudios futuros, recomendaron estudios clínicos comparativos más directos de las dos formas de vitamina K (K1 y K2).

«Nuestra investigación no solo identificó a los niños como un grupo con deficiencia de vitamina K2, sino que evidenció que solo 45 mcg de K2 al día mejoran el estado de vitamina K y aumentan la activación de la osteocalcina, la proteína dependiente de K responsable de unir calcio a la matriz mineral ósea, mejorando, por lo tanto, la salud ósea».

Referencia

Karpiński M, Popko J, Maresz K, Badmaev V, Stohs SJ. Roles of Vitamins D and K, Nutrition, and Lifestyle in Low-Energy Bone Fractures in Children and Young Adults. J Am Coll Nutr. 2017;36(5):399-412. doi: 10.1080/07315724.2017.1307791.